lunes, 7 de junio de 2010

releyendo viejas reflexiones


Hablando con mi amiga Isabel, me he dado cuenta de que todos tenemos una escala de valores; y que medimos a la gente con arreglo a dicha escala.

Quienes basan su escala de valores en lo material , valoran a la gente por su dinero, influencias, estatus social, etc; e intentan rodearse de gente rica y de estatus social alto e influyente y no dudan hacer cualquier cosa para agradarles, parecerse a ellos y entrar en su círculo de amistades, con tal de sentirse también importantes.

Aquellos que basan su escala de valores en lo mental, valoran a la gente con muchos títulos académicos, un alto nivel cultural y se rodean de gente intelectual y su principal objetivo es seguir adquiriendo nuevos conocimientos para el intelecto.

Luego están quienes basan su escala de valores en lo espiritual, e intentan rodearse de gente mística, religiosa y creyente; e intentan seguir los pasos de los grandes maestros espirituales, o de los santos y profetas de alguna religión concreta.

Cada cual juzga a los demás con arreglo a dicha escala de valores y pone en el nivel más alto el valor que para él es el más importante y en el más bajo el que más distante se encuentra con arreglo a su escala de valores.

Pero ¿quien dicta el orden de importancia de esta escala de valores?

¿Realmente es más correcto darle mayor importancia a la gente por su valor espiritual que por el intelectual?

O ¿es menos correcto que se de menor importancia a la gente que valora lo material?

marzo 2008