lunes, 1 de marzo de 2010

Noah en el reino de "fantasía" (3ª parte)



Noah se volvió hacia el fauno, que durante todo el camino había permanecido a su lado, y le preguntó:

- ¿Son estos los habitantes de tu reino? ¿Son ellos los que te mandaron buscarme? ¿Que hacen aquí todos reunidos? ¿Porque hay personajes tan distintos? ¿. . .


- De nuevo estas preguntando demasiado. Si quieres conocer las respuestas, tendrás que dar unos cuantos pasos hasta donde están todos ellos y hacérselas tu misma.


- Pero . . . están todos muy concentrados en la reunión. No creo que se den cuenta de que nos acercamos.


De repente se oyó una voz un poco más alta y más clara que las demás.

- Izar, te estábamos esperando -todos los presentes se callaron-
El hada que había hablado estaba sentada sobre las raíces de un gran árbol y reclinada en su tronco. Ahora que se daba cuenta, parecía que todos los demás tenían fijada su atención en ella. Tendría más o menos su tamaño, por lo que era bastante mayor que los otros.

Lluna tomó la delantera y en un santiamén estaba al lado del hada lamiéndola y haciéndole carantoñas como si de una conocida se tratara. Noah, un poco molesta porque le hubiera tomado tanta confianza, la llamaba para que volviera a su lado mientras se acercaba con Izar al lugar en el que se encontraba el hada.


- Bienvenida jovencita, siento haber tenido que traerte hasta aquí de esta forma tan brusca y tan precipitada. Te ruego que te sientes y escuches lo que tengo que decirte.


Noah la obedeció y tomó asiento en el peñasco más próximo que había y se dispuso a escuchar atentamente lo que tuviera que decirle.


- Yo soy princesa de las hadas y gobierno este reino junto a mi prometido príncipe de los elfos. Los dos nos encargamos de que no se rompa el equilibrio en nuestro reino y de que todas las criaturas que habitan en él vivan en paz y armonía. Como habrás podido comprobar, aquí todos tenemos los mismos derechos, todos cuidamos de todos, nos preocupamos del bienestar común y los problemas los solucionamos mediante reuniones en las que participan representantes de todas las comunidades. Esta, más que una reunión formal, es un comité de bienvenida en el que estábamos esperando tu llegada para informarte de porqué te habíamos hecho venir.


En el reino últimamente están sucediendo cosas que afectan al mantenimiento de su equilibrio y tanto mi prometido como yo, empezamos a preocuparnos seriamente.
Creemos que para solucionar el problema, necesitamos la ayuda de un humano, pero tiene que ser alguien especial.
El otro día nos oyó hablarlo la pequeña Elm y me dijo que una tarde fueron a jugar al bosque de los humanos ella y algunas haditas más, como es tan traviesa se subió a una rama muy alta y se cayó. Sus hermanas al verla en el suelo sin moverse ya venían a buscar ayuda porque la creyeron muerta, pero entonces apareció una muchacha y al encontrarsela sin vida la tomó en sus manos y derramo sobre ella unas lágrimas de compasión y el contacto con las lágrimas la devolvió a la vida.
Aquello debía significar . . . que esa muchacha era especial ! ! !
Y así fue como decidimos que tu debías ser la que nos ayudaras a solucionar nuestro problema.
Pero para poder comunicarnos contigo y explicarte lo que necesitabamos de ti , debíamos traerte hasta nuestro reino que es donde nos puedes entender. Por eso te hemos traído hasta aquí sin pedirte permiso.
Y ahora que está todo explicado, eres tu quien debe decidir si deseas quedarte y ayudarnos, o prefieres regresar a tu casa y dejarnos que nos las apañemos solos.


Todos los ojos de los allí presentes se volvieron hacía Noah esperando su respuesta.


- Bueno -dijo ella- me quedo, ¡por supuestiiiisimo!


- ¡ ¡ ¡ BIIIEEEN ! ! ! -irrumpieron todos a la vez-


- Vale -dijo el hada- pues entonces vayamos al castillo, antes de que se haga de noche, y continuemos allí la reunión.




A la mañana siguiente, en los jardines del castillo, Noah volvió a encontrarse a Elm que corrió (o más bien revoloteó) a darle un beso en la mejilla y a esparcir sobre su cabeza su habitual polvo de estrellas. Esta vez sí pudo entenderla, y estuvieron charlando y riendo, mientras una descansaba sobre el mullido césped y la otra revoloteaba de flor en flor y de rama en rama.


- ¿No puedes parar un minuto quieta? -le dijo Noah entre risas en un momento determinado-


- ¿Quieta? ¡Por Dios! es que no puedo parar ¡Exploto! -respondió Elm casi seria-


Luego bajaron al jardín la princesa y su prometido. Sus rostros bellísimos eran tan dulces y sus miradas transparentes parecían asomarte a la ventana del infinito donde estrellas, lunas y planetas navegavan en el cielo azul de su iris. Un resplandor especial, como un halo, les envolvía y parecía dejar una estela por donde pasaban. Al acercarse, Noah sintió como un agradable cosquilleo le recorría el cuerpo y una sensación de bienestar y gozo se despertaba en ella.


-Bienvenida seas a nuestra humilde morada. Soy Ad-har príncipe de los elfos, a mi prometida Ha-mah princesa de las hadas ya la conoces. Te estamos muy agradecidos por haber aceptado quedarte para ayudarnos en nuestra misión de salvar nuestro reino del peligro que le acecha. No estamos demasiado seguros de en que consiste, y en parte por eso te necesitamos. Los humanos sois más suspicaces a la hora de sopesar las cosas, nosotros somos demasiado confiados y a veces se nos escapan determinados detalles malintencionados.
Y está claro que lo que está produciendo este riesgo de desequilibrio, se debe a algunos actos malintencionados, aunque no nos guste aceptarlo.
Lo primero que haremos será visitar las distintas comunidades de nuestro reino, para que vayas conociendo a todos sus habitantes y te vayas familiarizando con ellos, y al mismo tiempo tengas la oportunidad de formarte una idea de qué o quienes pueden ser la causa del cambió que se está produciendo.


continuara . . .