lunes, 7 de diciembre de 2009

la viejita


Había un hombre que trabajaba en la oficina de correos, cuyo trabajo era procesar las cartas que traían la dirección ilegible. Un dia, llego a sus manos una carta que traía escritura temblorosa y que iba dirigida a Dios, pero no tenia dirección alguna.

Como esta carta no iba a ir a ningún lado, decidió abrirla para ver de qué se trataba:


"Querido Dios: soy una viuda de 84 años, que vive de una pequeña pensión. Ayer, alguien robó mi bolsa que tenía 10.000 pesos, era lo que me quedaba de la quincena y ahora voy a tener que esperar hasta mi próximo cheque, no sé que hacer. El próximo domingo es Navidad y había invitado a dos amigas mías a cenar, pero sin dinero, no tendré qué ofrecerles, no tengo ni comida para mí, no tengo familia y eres todo lo que tengo, mi única esperanza. ¿Me podrias ayudar?

Por favor. Sinceramente

Maria."


Fue tal el impacto que la carta causó al empleado postal, que este decidio mostrarla a sus compañeros de trabajo, todos quedaron sorprendidos y comenzaron a buscar en sus bolsillos y carteras, al final de la tarde habían hecho una cooperación de 8.800 pesos los cuales guardaron en un sobre y se lo mandaron a la dirección del remite de Maria. Esa tarde, todos los empleados que cooperaron, sintieron un rico calorcito en el ambiente y una sensación de satisfacción que tal vez no experimentaban hace mucho tiempo, al saber lo que habían hecho por María y sus amigas.

LLego la Navidad y se fué.

Algunos días después de la Navidad, llegó a la oficina de correos otra carta de María, la cual reconocieron inmediatamente por la escritura y porque iba dirigida a Dios.La abrieron y todos con curiosidad escucharon lo que decía:


"Querido Dios: con lágrimas en mis ojos y con todo el agradecimiento de mi corazón te escribo estas lineas para decirte que hemos pasado, mis amigas y yo, unas de las mejores Navidades de la vida, y todo por tu maravilloso regalo.


Debes saber que siempre hemos sido fieles a tu mandato y hemos seguido todos tus mandamientos; tal vez esa sea la razón de tu benevolencia con nosotras y en especial conmigo. Gracias Dios. Por cierto... faltaban 1.200 pesos, nada importante, seguramente se lo robaron esos



hijueputas de correos..."