viernes, 16 de julio de 2010

La Madre Cósmica (un aspecto de Dios)



¿Debemos considerar a Dios solamente como un infinito Espíritu impersonal, desprovisto de toda forma y sexo? ¿No podemos apelar al creador concibiéndole bajo un aspecto más familiar a la mente humana? En este último caso, ¿cómo deberíamos llamarle, "Padre" o "Madre"?

En verdad, Dios es ambos: Padre y Madre. Una porción de su Ser permanece siempre oculta más allá del espacio y del universo, allí donde no existe sino sabiduría pura: tal es el aspecto de Dios como padre. La naturaleza entera, en cambio, es una manifestación de Dios en su aspecto de Madre pródiga en belleza, dulzura, bondad, y ternura. Las flores, las aves, los árboles, los ríos, todos hablan, en su hermosura, del espíritu creador y artístico del Señor en su aspecto maternal. No podemos evitar sonreír al pensar en la Madre, con su vía láctea plena de diamantes estelares, sus perfumadas flores, la risa de sus fluyentes aguas y su belleza manifestada en la creación entera. Cuando contemplamos la fecundidad de la tierra, el desarrollo de las plantas y los seres, el amor de todas las criaturas hacia sus pequeñuelos, una honda ternura surge en nuestro interior: vemos y sentimos aquí el instinto maternal de Dios. Y si en alguna ocasión la conducta de la naturaleza se nos torna cruel e inexplicable (en la India se da el nombre de Kali a la Madre cuando se presenta en este aspecto), así también suelen parecer al niño algunas de las medidas disciplinarias y protectoras de su madre.

Cuando nos sentamos en medio de un bosque sombreado y silencioso; cuando, en la cumbre de una montaña, nos erguimos bajo el azul del cielo; cuando hollamos la blanca arena, junto a un mar refulgente, no podemos dejar de experimentar una cierta ternura en nuestro interior: esta es nuestra reacción frente al aspecto maternal de Dios. Si, al cerrar los ojos, evocamos internamente la imagen del vasto espacio, nos sentimos fascinados por el sentimiento de la infinitud; y no percibiremos en ella sino la vibración de la sabiduría pura, nada más que sabiduría. He aquí el aspecto de Dios como Padre: la ilimitada esfera en la cual no existe creación alguna, ni planeta, ni estrellas, sino sólo el informe poder de la sabiduría. Este es el Padre. Así pues, Dios es tanto un padre como una madre . . .



Paramahansa Yogananda
de su libro "La Madre Cósmica"