miércoles, 30 de junio de 2010

el regalo


Siempre he deseado
amar hasta el infinito
saber como es el amor
que siente Dios hacia sus hijos.

Por mucho que quiera amar
mi pecho no puede expandirse
para llegar a contener
tanto amor como existe.

Por eso yo le pedía
ayúdame, o Madre mía
que pueda sentir ese amor
que irradia tu corazón.

Mi Madre Divina amada
no vendrás Tu a mi morada
y me harás tan gran favor.
Que sienta yo ese gran Amor
derretirse aquí en mi pecho
para que quede satisfecho
y  viva así tamaño honor!

Y fue así que aquella noche
como estaba desvelada
sin esperar tal derroche
medité, tranquila y sosegada.

Y encontrándome absorta
en medio de la paz más profunda
me sentí inundada por un dulce sentir
que inundaba todo mi ser.
Y pensé que eso era Dios
eso era la Madre Divina.
Y mi pecho se expandió
y pudo contener
todo el amor que existe.

Y era tan fácil amar
amar a todos
era tan dulce ese amor
entonces entendía como Jesús dijo:
"Padre perdónales . . . "

Fue tal la excitación
que perdí la concentración
y volví a mi conciencia,
pero aún así permaneció
un estado de bienaventuranza.
que duro varias horas.
Parecía que estaba embriagada
de tanta felicidad
solo quería cantar y bailar,
me sentía volar y estallar.

Lina

Junio  2010