jueves, 29 de abril de 2010

algunas reflexiones

Cuantas veces nos lamentamos de nuestra suerte,
o nos quejamos de nuestras dolencias,
o envidiamos los bienes de quienes poseen más.
Pensamos que somos desgraciados,
o al menos que no somos totalmente felices.

Perseguimos ilusiones efímeras,
que una vez conseguidas dan paso a otras,
y luego a otras, . . . ,
y así hasta la eternidad.

Para cuando darnos cuenta de que somos afortunados,
que poseemos mucho más de lo que necesitamos,
solo hemos de aprender a "VERLO" y "VALORARLO".
Al levantarnos cada mañana, sin haber hecho nada para ganarlo ni para merecerlo, el sol sale por el horizonte y alumbra un nuevo día para nosotros. Para que con su luz, podamos disfrutar de la belleza de todo cuanto nos rodea y podamos iniciar nuestras actividades habituales.

El oxigeno está ahí en la atmósfera, para que con el llenemos nuestros pulmones y podamos seguir respirando y seguir viviendo.

El universo sigue rigiendose bajo sus leyes, para que todo continúe en el mismo sitio, y los planetas y las estrellas no se descuelguen produciéndose una catástrofe.

La madre tierra sigue aumentándonos y cuidando de nosotros.

Somos una ínfima parte de un todo, nada sucede por casualidad, nada pude destruirnos.

Al igual que no nos preocupamos de como haremos salir el sol mañana, o de como respiraremos mañana, dejemos de preocuparnos de cosas efímeras. Disfrutemos de las cosas simples y dediquemos nuestro tiempo a cumplir con nuestros deberes con alegría y a disfrutar de nuestros seres queridos, nuestras amistades y nuestro crecimiento interior.